Así nos sorprendió Punta Tombo, tras una hermosa y solitaria ruta de varias horas con multitud de guanacos como únicos testigos.
Inmensa reserva de fauna en la costa atlántica de la provincia del Chubut, en la República Argentina, y una de las principales y más numerosas colonias continentales de cría del pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus). Y ubicada a 100 km al sur del valle inferior del río Chubut.

 

 

La Reserva Natural de Punta Tombo alberga a la mayor colonia de pingüinos de Magallanes que existe en el mundo. Estos pingüinos se caracterizan por medir unos 50 cm de altura(aprox.) , y su plumaje es blanco y negro. Presentan una distribución particular del mismo que lo distingue de otros ejemplares de la especie. El color del plumaje le garantiza un eficiente mimetismo con el medio marino, y una serie de características relativas a la adaptación al clima, le permiten minimizar la pérdida de calor corporal. Se alimentan de diferentes peces, como sardinas, pejerreyes, anchoas y otros que cazan con una técnica muy eficiente basada en la agilidad con la que se desplazan en el agua. Estas habilidades les son enseñadas a las crías y garantizan la preservación de la especie.

Anidan en terrenos blandos cercanos a la costa y ambos padres se turnan para empollar los huevos y buscar alimento. Las crías alcanzan la madurez a los 90 días.

Nuestro retraso en el viaje nos ha llevado a visitarlo en el momento en que ya solo quedaba un 20% de una de las colonias de aves marinas más importante de Argentina , puesto que es entre septiembre y abril cuando habitan este litoral patagónico para hacer sus nidos, aparearse, incubar los huevos y alimentar a sus crías.
Aún así, el número de estos famosos pingüinos era impresionante, y todo un espectáculo tierno y maravilloso.

Partimos rumbo a Camarones felices.